viernes, 22 de octubre de 2010

Selene no es mala chica



Selene no es mala chica, solo tienes que atreverte a conocerla. Es verdad que parece demasiado seria, con esos inmensos tristes ojos negros y la salvaje melena leonina enmarcando su cara de marfil, como de muñeca antigua; pero, si te atreves, puedes llegar a quererla, y mucho.

Aún recuerdo cuando la conocí, su gesto despreocupado mientras fumaba el cigarrillo como una suerte de asesinato con carmín, su chaqueta de cuero y aquellos vaqueros desgastados, perfecto estereotipo de chica mala en un lugar peligroso, de esos que te llevan a preguntar "¿que hace una chica como tu...?".

Selene me enseñó a amar la noche, su comida preferida, que almacenaba en esos grandes ojos tristes. Yo creo que por eso se le pusieron negros, de tanto tragar oscuridad, humo de cigarros y olor a vino rancio.

- La noche,- decía acodada en cualquier barra- puede darte lo que pidas; puede ser sórdida y mezquina, fría y solitaria, aterrorizante...o puede regalarte un millón de diamantes contra terciopelo negro, para que tu elijas.


Y, mientras decía esto, Selene, que en su vida había visto un diamante pero coleccionaba estrellas, hacía que sus ojos se funderan, como ónice líquido, y entonces, solo entonces, te dabas cuenta de cuánto la querías.

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